"El que quiera seguirme, que se niegue a si mismo, que tome su cruz y me siga" (Mt 16, 24)

Nuestro Seminario Diocesano de la Santa Cruz, es esencialmente una escuela de excelentes pastores. Por ello, la formación contempla entre sus cuatro dimensiones la Dimensión pastoral, cuya finalidad es formar a los seminaristas bajo el modelo de Jesús, Buen Pastor, e impulsarlos a vivir plenamente la caridad pastoral. 

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Precisamente, siendo Jesús el Buen Pastor, nuestros sacerdotes diocesanos están llamados a imitarlo: “El buen pastor da su vida por sus ovejas” (Jn 10, 11), las conoce y, dice Jesús, “las mías me conocen a mi”(Jn 10,14). Y dicha caridad pastoral es una invitación a la evangelización, a dar a conocer a Jesucristo: “Tengo otras ovejas que no son de este redil, a ésas también es necesario que las traiga, y oirán mi voz y formarán un solo rebaño, con un solo pastor”(Jn 10, 16).

Por ello, la formación de esta dimensión comienza en el propedéutico, el primer año del seminario, donde se invita a los jóvenes que la conforman a vivir dicha caridad pastoral “partiendo por casa” y también a través de algunos servicios explícitos, es decir con la propia comunidad. Así, los propedeutas, creciendo en el conocimiento mutuo, son llamados a constituir también una comunidad de futuros pastores. 

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El aspecto pastoral de la formación permanente queda bien expresado en las palabras del apóstol Pedro: “Que cada cual ponga al servicio de los demás la gracia que ha recibido, como buenos administradores de las diversas gracias de Dios”(1 Pe 4, 10).En todas estas actividades, Jesús que llamó a cada seminarista a vivir consagrado a él y a su pueblo, empieza a formar en ellos el corazón de pastor necesario para su futuro ministerio, como Él quiere.