"El que quiera seguirme, que se niegue a si mismo, que tome su cruz y me siga" (Mt 16, 24)

La dimensión Intelectual, es la que estructura a todo seminarista en sus conocimientos, la forma de adquirirlos y transmitirlos, como preparación a su futuro servicio ministerial, de modo que dichos conocimientos contribuyen integralmente a nuestra formación humana, espiritual y pastoral. Es una exigencia insustituible de la inteligencia con la que el hombre participando de la luz de la inteligencia divina, trata de conseguir una sabiduría que se abre y avanza al conocimiento de Dios. Además, permite que nos formemos y seamos verdaderos pastores de almas a imagen de Cristo, Maestro y Sacerdote, con una preparación profunda e integral ya que todo ministro ordenado debe tener una adecuada formación académica, para capacitarnos al anuncio del Evangelio y así dar respuesta a los grandes interrogantes del hombre de hoy, sociedad laxa, relativa y permisiva.  

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El único objetivo de nuestra formación, ninguna de las dimensiones formativas son casillas sueltas sino que todas se unen y se aportan para componer un todo; así pues la academia se enmarca en capacitarnos con un pensamiento crítico, analítico y sistemático, mirando siempre cómo integrar dicha formación académica en un camino espiritual marcado por la experiencia íntima y personal con Dios, siendo capaz de ver con claridad y entender con profundidad para luego en la vida de comunidad, poder comunicar, transmitir y anunciar el Misterio de Dios a los hombres, a la comunidad con la cual experimenta comparte y vive su fe y que al mismo tiempo, recoge toda la experiencia en la caridad pastoral.